Fuimos a Chaguaramas, en el noroeste de la isla, primero un poco de selva, por una pista que habían asfaltado los gringos cuando vinieron aquí a construir extraños búnkeres en mitad de la selva cuyo sentido y utilidad no he logrado entender (seguramente todavía hay alguien metido ahí dentro, pretando un botón cada 108 minutos para salvar el mundo), pasando por lugares lindos como la llamada "catedral de bambú", que viene a ser esto:
Luego, cuando ya nuestro sudor amenazaba con inundar el camino en forma de riada, fuimos unos metros más allá, a Macqueripe Bay, una pequeña cala tal que así:
donde pudimos bañarnos y conocer a un curioso tipo que, al vernos hablar en español, soltó su par de frases aprendidas en telenovelas y, a pesar de asegurarle que Teresa no era mi "mamasita", al saber que no éramos hermanos no paraba de recomendarme que "machote" (yo, se supone, en un alarde de imaginación trini) tenía que ir con "señorita" (Teresa) para hacer "panga", palabra que no he logrado identificar pero cuyo significado era fácil de intuir. Y así, cada vez que me lo cruzaba en el mar, me gritaba "machote panga!!!", y me chocaba el puño con camaradería varonil (en fin, no vamos a quitarle la ilusión...).
Tras la playa, fuimos a un centro comercial de Puerto España, único contacto con la vida occidental que he tenido desde que llegué a Trinidad y Tobago. Fuimos a un Burguer King, y lo curioso es que, si en Europa el concepto de "fast food" lo pondríamos en duda por lo de "food", aquí sin duda lo pretencioso de la expresión es lo de "fast"... resulta increíble que se puedan tomar treinta minutos de reloj para ponerte una hamburguesa con patatas y coca-cola, de verdad dan ganas de entrar en la cocina y ponerte tú mismo a hacerla! Como bien decía Mon, aquí debe ser un auténtico espectáculo ver cómo trabajan los funcionarios, y algo nos adelantó Teresa al contarnos que, en un Ministerio, y tras esperar 3 meses a una cita, le dijeron que volviera un mes más tarde, que no había nadie trabajando porque se había estropeado el ventilador...
Es la vida trini... Más tarde fuimos a un bar de Tunapuna donde habíamos quedado con María, Tito y nuestro nuevo amigo trini, Reagan, el único en su especie que se esfuerza para ser comprendido (y que, además, habla algo bastante similar al inglés, lo cual también es de agradecer... todavía recuerdo al "machote panga" de la playa usando expresiones del tipo "kikirikilikilirikili-me", mientras gesticulaba de una forma que no sabías si buscar un diccionario o un médico).
Tomamos unas cervezas, y Reagan se esforzaba en buscar una chica trini para que el inquieto Mon probara el famoso whining... pero de eso, del whining, que se merece varios capítulos por sí solo, ya nos ocuparemos en otra ocasión...
¡Qué fotos tan bonitas! Me han encantado, Guille. Igual tenías que haber hecho tú las fotos de expresionismo alemán ¡qué artista!
ResponderEliminarUn abrazo.
Z.